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Foto del escritorJessicaSotoR. JSelahComunicación

En materia de riesgos no hay Grandes ni pequeños.

¿Cómo evitar ser víctimas de una mala cultura del riesgo?

El regreso a la “normalidad” trae como era de esperar, nuevas formas de valoración del éxito de cualquier objetivo comercial. Y para los que han visto en la coyuntura oportunidades nuevas del negocio, incluso para ellos, es importante re-pensar en los eventos asociados que podrían perjudicar o generar acciones que se sobrepongan a la intención.


Y sin olvidar que en este contexto lo que se mueve es el compromiso de las empresas con lo que prometen a sus públicos de interés hay que hacer una revisión inicial de los riesgos que puedan impactar la relación que se crea en esa determinante entrega.


El PhD Edmundo Lizarzaburu, investigador y experto peruano de la Universidad Esan en materia de administración de riesgos, recientemente apuntaba en una publicación digital de su país, que el COVID 19 había generado cambios en los procesos de empresas con estructuras grandes, como por ejemplo las de aviación y, enfatizando en la adversidad en la que podrían recaer las micro y pequeñas empresas proveedoras en su cadena de valor, realizó una efectiva recomendación.


Su especial llamado es a que las empresas tengan presente lo que la ISO 31000 destaca en materia de riesgos para ser sostenible y considerar los impactos en todos los públicos de interés y lo resume en tres pasos que procedo a compartir.


1. Conoce a tu cliente, tu proveedor y a tus colaboradores: Las empresas deben determinar el alcance de su oferta y, conocer y establecer el contexto en el que se desenvuelven. Es decir, la situación de las operaciones y necesidades, aspectos normativos (pagos de impuestos, entre otros) y tener mapeado todos sus grupos de interés.

2. Elabora un ranking de riesgos: Hay que identificar, analizar y evaluar los riesgos actuales, incorporando además el manejo de alternativas (época de cambio y de vueltas de timón) y algunas herramientas estadísticas. Con la información y evaluación, se trabaja una jerarquización de riesgos mapeando qué eventos los originarían y en qué posible momento.

3. Construye un plan de mejora que incluya acciones de mitigación: Las acciones concretas y para mitigar la severidad del riesgo en los procesos debe hacerse pensada en el impacto de los públicos de interés. Reprogramar la deuda de los clientes, analizar y proponer planes de pago de obligaciones con entidades financieras, proveedores, diálogo con colaboradores, son además acciones responsables que resguardarán la imagen de la empresa ante cualquier embate.

Para el experto, la gestión de riesgos es un reto para las empresas en el corto plazo y de cara al 2021 se hace necesario, entonces, contar con información e incorporar la gestión de riesgos en la cultura empresarial y como este es un mudo que se abre a una más de las enseñanzas que nos deja la pandemia que dio la bienvenida al 2020, les invito a seguir una entrevista que publicaré de manera más amplia sobre este enfoque.

 

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